septiembre 20, 2009

Adimensionalmente

un punto crecía. La realidad se lo tragó, y se convirtió en lágrima. Expulsada al Espacio, y abandonada a su suerte, vagabundeó de charco en charquito sin un rumbo definido. Los rayos del sol le cumplían un sueño, a veces volaba, a veces entraba en desconocidos mundos subterráneos. Esparciendo sal; ríos, arroyos, manantiales, lagos y mares atravesó. Mucho tiempo después, la vieja lágrima encontró un ojo; penetró en él. Y allí esperó, paciente, a la próxima profunda alegría, a algún tiempo melancólico, que la dejara escapar nuevamente. Sí, alegría.
No todas las lágrimas son malas,
dijo Gandalf.
...
A Universe is trapped inside a tear

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